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PorMiguel Ángel del Pino

Fases por las que pasan los padres al enterarse del diagnóstico psicológico de su hijo.

 

Las fases por las que pueden pasar unos padres al enterarse del diagnóstico de su hijo son varias:

 

  • Choque emocional y desconcierto.

En esta fase los padres no pueden entender lo que le está sucediendo a su hijo, en este caso porque él es capaz de buscar e iniciar peleas y agredir a otros. Ellos no saben que hacer ahora.

 

  • Sentimientos de pérdida del hijo deseado.

Todas las expectativas que tenían puestas en su hijo se vienen abajo, piensan que ya no va a ser ese “médico” o “abogado” que esperaban que fuesen. Ahora lo que se les pasa por la cabeza es que va a ser un delincuente. Experimentan un sentimiento de duelo por su hijo, objeto de sus fantasías.

 

  • Negación de la situación.

No pueden asumir el diagnóstico de la patología, piensan que el psicólogo está equivocado, que seguro que ha sido algún compañero de clase que le ha convencido de que haga tales sosas como pegar o robar. Que es algo pasajero y que el psicólogo está siendo muy “dramático”. Incluso suelen tener una reacción agresiva.

 

  • Perdida de la confianza en sí mismo.

Suele ser la madre la que pierde más la confianza. Piensa que no ha sabido educarle correctamente. Que no sabe y ahora solo ve errores y equivocaciones en las relación interpersonal con su hijo.

 

  • Ansiedad por el estado de salud físico y mental de su hijo.

Por todas las indicaciones recibidas y la información que ellos han buscado consideran que su hijo está enfermo. Esto puede producir una excesiva vigilancia por parte de los padres y otras veces lo contrario, ignoran a su hijo.

 

  • Dificultad para trasmitir el diagnóstico.

Al principio tienen dificultad para hacer participe a la familia y a los amigos de lo que le está pasando a su hijo. No quieren que sepan que es agresivo y que es capaz de robar. Incluso pueden llegar a aislar de los demás pensando que así lo protegen. Entre los padres pueden surgir conflictos y separación emocional.

 

  • Temor a no poder querer a su hijo.

Le cuestan pensar que pueden seguir queriéndolos si hace esas cosas tan graves, si va a ser solo un objeto de conflictos.

 

  • Deseos inconscientes de muerte.

Pueden aparecerles a loa padres sentimientos de rechazo a su hijo, incluso de que lo mejor sería que no estuviese en este mundo. Estos pensamientos vienen como consecuencia de que la mente quiere escapar del problema.

 

 

 

PorMiguel Ángel del Pino

Las cuatro etapas del desarrollo cognitivo según Piaget

Las cuatro etapas del desarrollo cognitivo según Jean Piaget son las siguientes: la etapa sensoriomotora, la etapa preoperacional, la etapa de operaciones concretas y la etapa de operaciones formales.

Estas etapas tienen dos características importante: primero, que aparecen en un orden fijo siempre y ninguna etapa puede ser omitida. La segunda, es que este desarrollo cognitivo es en todo los niños, por lo tanto es universal.

  1. La etapa sensoriomotora.

Esta se produce desde el nacimiento a los dos años de edad. Y cuyo principal hallazgo es defender que existe una inteligencia previa a la aparición del lenguaje, inteligencia basada en la acción. Por lo tanto, la estructura son coordinaciones de esquemas de acción.

Los niños al principio utilizan la “reacción circular” para ir adaptando sus primeros esquemas. Esto implica tropezar con una nueva experiencia que se provoca por la propia actividad del bebé. Esta reacción es circular porque el niño intenta repetir el acontecimiento una y otra vez. Durante esta etapa, la reacción circular cambia de varias formas, esto significa que al principio esta más centrada sobre el propio cuerpo del bebé pero más adelante se vuelve hacia el exterior, hacia la manipulación de objetos. Y finalmente, llega a ser experimental y creativa, enfocada, a la producción de efectos novedosos del entorno.

También durante esta etapa surge el juego y la imitación, dos capacidades adicionales que cumplen su función como importantes mecanismo para consolidar esquemas ya establecidos y para crear otros nuevos, siendo el juego la forma de asimilación más pura y la imitación la de acomodación. La asimilación y la acomodación son dos procesos de la función de adaptación de cómo cambian los esquemas. Los niños en esta fase aprenden a manipular objetos, a relacionarse con su cuidador, la comprensión de símbolos espaciales como las fotografías o a diferenciar los seres animados de los inanimados.

  1. La etapa preoperacional

Esta etapa abarca de los dos años a los siete años. El aspecto más representativo es la capacidad de representación ya al final del segundo año que se manifiesta en diferentes conductas del niño y no puede reducirse ni identificarse simplemente con la adquisición del lenguaje. La capacidad de representación permite al niño distanciarse de la realidad y pensarla antes de actuar. Piaget distinguió al menos cinco manifestaciones de la capacidad de representación:

-la imitación diferida. El niño imita una acción. Por ejemplo, es capaz de imitar a un compañero en el juego.

-El juego simbólico: da significados a elementos de la situación. Son capaces de jugar a los médicos.

-Imágenes mentales: permiten representar situaciones. Situaciones como estar en un restaurante comiendo.

-Dibujo: a través de ellos muestran su representación de la realidad. Por ejemplo, dibujan a su familia.

-Lenguaje. Ya son capaces de expresarse verbalmente.

En esta etapa los niños no son capaces de operaciones, ya que tienen un pensar rígido, limitado a un aspecto de una situación cada vez, y se ve muy influenciado por aquellas cosas que parezcan en el momento.

  1. La etapa de operaciones concretas.

Etapa de los siete años a los once años. Periodo de inflexión según Piaget en el desarrollo cognitivo de los niños ya que alcanzan un pensamiento que se asemeja más al de un adulto que al del niño de etapas anteriores. Aquí el razonamiento operacional concreto es más lógico, flexible y organizado que antes. La estructura de operaciones del niño es un sistema compuesto de coordinaciones de esquemas interiorizados con carácter reversible. Aquí tienen éxito en una tarea particular; no con materiales o contenidos abstractos.

Un ejemplo de esta etapa es que obtienen la capacidad de clasificación jerárquica, ahora son capaces de categorizar de una forma más efectiva, como hacer un equipo de fútbol de la clase y ordenarlos de mejor a peor jugador. Otro ejemplo, sería que ahora es que tienen la capacidad de seriación, es decir, ordenar ítems en una dimensión cuantitativa. Son capaces de ordenar a los compañeros de clase de más alto a más bajo. Otra capacidad que obtienen es una diversidad de operaciones espaciales, por lo tanto, serían capaces de indicarte donde esta la frutería desde su casa (saben caminar mentalmente).

  1. La etapa de operaciones formales.

Etapa de los once años en adelante. En esta etapa destaca la capacidad de pensamiento abstracto. Aquí el adolescente aquí razona de forma muy parecida a lo que haría un científico buscando soluciones en el laboratorio.

Aquí ya utilizan un razonamiento hipotético-deductivo en los que ante un problema es capaz de deducir sobre lo que podría ocurrir. Por ejemplo, si no son capaces de abrir una botella, piensan alternativas hasta encontrar la solución

Otra característica importante es el pensamiento proposicional, en el que los adolescentes pueden evaluar la lógica de las proposiciones sin referirse a las circunstancias del mundo real.

En esta etapa también surge el egocentrismo operacional formal: llega la incapacidad de distinguir las perspectivas abstractas del sí mismo y de los otros. Por ello, los adolescentes imaginan que lo que otras personas debe estar pensando y en ellos aparecen dos imágenes distorsionadas de la relación entre el sí mismo y el otro. Por ejemplo, piensan que se pueden estar riendo de él por la ropa que lleva puesta.. O ese miedo a hablar en publico por ser criticados.

 

PorMiguel Ángel del Pino

Migración y estrés: ¿A que me enfrento cuando me voy a vivir fuera de mi país?

La migración es un fenómeno que está cobrando bastante relevancia dentro de las investigaciones en psicología. Hoy en día se pueden encontrar muchos artículos relevantes sobre este fenómeno desde la vertiente psicológica, sobre todo, estudios que relacionan la migración con el estrés.

La migración es un suceso vital mayor de naturaleza estresante, que la persona vive con mucha intensidad.  La característica principal que le confiere la naturaleza de suceso vital es la propiedad de cambio. Estamos ante un cambio muy grande para la persona acostumbrada a una zona de confort en la cual se suele sentir cómoda.

Shuval ha diferenciado entre tres formas de cambio que caracterizan el proceso de migración:

  • Cambio físico: La migración implica el cambio físico de una zona geográfica a otra. El emigrante puede experimentar cambios diversos como el clima, el nivel sanitario, los hábitos dietéticos, la contaminación, etc. Los cambios climáticos, en conjunción con las normas de la nueva cultura, pueden inducir alteraciones en el estilo de vida que pueden reflejarse en cambios en diferentes patrones como el sueño, la alimentación, el horario de comidas, la vivienda, y el ritmo de actividad. Todos estos cambios físicos pueden actuar como estresores bajo ciertas circunstancias. Yo mismo lo he vivido, acostumbrarme al horario de comidas me resulto complicado, y ya no hablemos del clima tan duro que hay en este país y más si vienes del sur de España.
  • Cambio social: Todos los emigrantes se separan de la red de relaciones sociales pertenecientes a la sociedad en la que vivían previamente. Esto puede inducir en el emigrante aislamiento, falta de apoyo social y sentimientos de soledad y depresión. Este motivo suele ser el más problemático de todos, ya que muchos emigrantes no llegan a soportan tal soledad. 
  • Cambio cultura: Los emigrantes necesitan aprender nuevas normas y valores y abandonar o adaptar las correspondientes a su país de origen. El vacío cultural entre el ligar de origen y el lugar de destino determina la cantidad de aprendizajes que el emigrante deberá llevar a cabo (por ejemplo, aprendizaje de una nueva lengua). Las habilidades de aprendizaje, la juventud, la flexibilidad y la predisposición al cambio sirven como mecanismos individuales para adaptarse al cambio.

Por regla general una gran mayoría de emigrantes tienen que enfrentarse a una gran cantidad de estresores en el nuevo país al que llegan: penuria económica, trabajos duros y de baja cualificación, zonas residenciales de bajo nivel, lengua desconocida, etc. Para una buena adaptación es muy importante las características personales (conocimiento del idioma rasgos  de personalidad, etc) como de la red de apoyos sociales que disponga (pareja, amigos, etc). Redes sociales como facebook ayudan mucho en el afrontamiento de situaciones diarias que pueden provocar estrés.

Por tanto, hay que tener una cosa clara, el emigrante al estar sometido a una situación general de estrés crónico, es más vulnerable a la enfermedad y aotros problemas de salud físicos y mentales. Y así se confirma en varios estudios hechos ahasta día de hoy, que concluyen  que la migración provoca sentimientos de ansiedad,y depresión, incertidumbre, pérdida de control, y de estatus social, reducción del apoyo social percibido y diversos retos que deben afrontar cotidianamente.

También es importante destacar, que los emigrantes poseen mayores niveles de sintomatología somática y psicopatología general que los no emigrantes según publican Valiente, Sandín, Chorot, Santed y Gonzalez de Rivera en un artículo realizado por UNED.

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